En la comunidad de San Isidro ( localidad de Iruya, perteneciente a la Provincia de Salta ), se lleva a cabo una técnica de hilado a mano que utiliza la fuerza hidráulica del agua. Cuando comenzamos nuestro proyecto era costumbre ver a las mujeres hilando en la playa.

En los últimos años habiendo notado una baja importante en su hacer y la preocupación de que está increíble y bella técnica desaparezca o extinga, nos motivó a documentar su trabajo organizando un encuentro de hilanderas con el propósito de visibilizar e incentivar nuevamente a las mujeres a mostrar la excelencia de sus costumbres y oficios, y transmitir su saber a generaciones futuras.

Nacidas de la tierra misma de un valle de cerros imponentes, donde el río San Isidro corre dando vida, las mujeres hilan cantando.

Por la mañana las hilanderas bajan a la playa a disfrutar del río y compartir su chorrito de agua quizás con alguna compañera.

Anécdotas, experiencias, recuerdos, sueños, temores, diferencias, risas y esperanzas allí fluyen como el río.

Todas coinciden en que trabajar en la playa con la fuerza del río aliviana su trabajo y lo hace más placentero, les da la posibilidad de crear el hilo del que dependerá su vida, la de sus hijos y sus familias.

Cuentan que esta tradición la heredaron de sus madres y abuelas y se debería cultivar. Olvidarlo sería permitir que el tiempo se lleve sus raíces y su sabiduría ancestral.

Dicen que nunca se sabe las vueltas de la vida y aunque sus hijas se hayan ido del pueblo, algún día podrían necesitar volver a su tierra y ponerse a hilar.

Entienden la importancia del río para su trabajo y toda su siembra, esperan que el río nunca se seque y si crece lo haga con piedad.

Y es ahí hilando donde las diferencias entre ellas se desvanecen gracias a un río y un hilo que todas comparten.